
Por Patrol Estudio
Siempre resulta inquietante llegar al fin de un año. Y también cautivante y movilizador.
Una energía que se agotó, que se usó hasta el final para tal o cual proyecto, tal o cual desafío, da paso a otra que no se sabe cuánto resistirá, pero que será imprescindible. Entonces pensás en administrarla, y entonces esperamos que desde adentro de nosotros emerja ese guardián implacable que la administra (al menos, eso creemos que hace ese que llevamos dentro) y apostamos a nuevas causas, nuevas cosas.
Siempre resulta inquietante llegar al fin de un año. Y también cautivante y movilizador.
Una energía que se agotó, que se usó hasta el final para tal o cual proyecto, tal o cual desafío, da paso a otra que no se sabe cuánto resistirá, pero que será imprescindible. Entonces pensás en administrarla, y entonces esperamos que desde adentro de nosotros emerja ese guardián implacable que la administra (al menos, eso creemos que hace ese que llevamos dentro) y apostamos a nuevas causas, nuevas cosas.
Aquí está este año nuevo… con tanta página en blanco por la que sudar y aspirar a ser un poco más creativos, más audaces, más eficaces… ¿Lo lograremos? ¿Podremos hacerlo? Creemos que sí aunque resulta obvio que esa respuesta no se la puede dar por ganada de antemano. Pero menos obvio resulta saber que nos hará felices el sólo hecho te intentarlo. ♦

17:17 , 29 diciembre, 2012
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